PROPUESTAS DE POLÍTICA EXTERIOR
"Nuestra clase política, particularmente monóglota y provinciana, sufre de ombliguismo: está centrada en la política interior y además le da miedo asomar la nariz fuera de casa"
(Jorge Dezcallar, Valió la pena)
Una de las cosas que más me ha chocado de los debates electorales que se han celebrado hasta la fecha es la escasa atención que los candidatos han prestado a la política exterior, y ello a pesar de que los programas de sus respectivos partidos contienen, con mejor o peor fortuna, como veremos luego, propuestas de diversa naturaleza cuyo denominador común es, salvo contadas excepciones, la ausencia, justamente, de un denominador común. Esto explica en gran medida el hecho de que nuestra política exterior- concepto éste que se utiliza a menudo erróneamente como sinónimo de política internacional o diplomacia, cuando no es ni una cosa ni otra- sea considerada por algunos como "la hermana pobre de la política", dada la ausencia del interés que despierta entre nuestros políticos, tal vez por esas carencias que Jorge Dezcallar destaca en su libro Valió la pena, y que aparecen simbolizadas gráficamente en el expresivo silencio, y la no menos expresiva soledad, de algunos de nuestros Presidentes en determinados foros internacionales.
Entre esas propuestas a las que me acabo de referir, hay dos en las que básicamente coinciden el PP y Ciudadanos, consistentes en la modernización del servicio exterior (PP) y la reforma de los instrumentos de política exterior (Ciudadanos), aspectos ambos esenciales si lo que se pretende es llevar a cabo una ejecución seria, ordenada y sistemática de esta política. Es cierto, sin embargo, que, aunque poco, algo se ha hecho a este respecto en la presente legislatura, con la aprobación de la Ley 2 / 2014, de 25 de marzo, de la acción y el servicio exterior, o la adopción del Real Decreto 638 / 2014, de 25 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la Carrera Diplomática. Pero nuestras 118 Embajadas bilaterales, 10 Representaciones ante organismos internacionales y 183 Oficinas Consulares siguen careciendo de los medios y recursos necesarios para poder desplegar nuestra acción exterior con la dignidad y la eficacia que el caso requiere, y la subsanación de esta carencia es urgente y necesaria.
En cuanto al resto de las propuestas, las hay de todo tipo: genéricas, ambiguas o simplemente irrealizables, como la de Podemos relativa a la abolición del derecho de veto en las Naciones Unidas, que revela un desconocimiento absoluto del artículo 27 de la Carta, un artículo que distingue entre las decisiones sobre cuestiones de procedimiento y las decisiones sobre las demás cuestiones, que requieren el voto de nueve miembros, incluído el de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Al margen de ello se echan en falta referencias a lo que un tanto impropiamente se ha dado en llamar "diplomacia económica", y que no es otra cosa que un apoyo expreso a la internacionalización de nuestras empresas, revitalizando a tal efecto los extintos Plan Asia-Pacífico y Plan Africa, a los que no hay alusión alguna en ninguno de los programas. Como tampoco la hay al obligado consenso en política exterior, una política tan clave como las de educación, justicia, defensa y sanidad, y sobre el cual ningún partido se pronuncia, dejando con ello latente la amenaza de nuevos desacuerdos en la materia.
Antonio Viñal
Antonio Viñal & Co. Abogados
( Artículo publicado en el Suplemento Euro del Diario Atlántico, domingo 13 de diciembre de 2015)