LA PROPUESTA DE BANKIA Y EL DILEMA DEL INVERSOR MINORISTA
Entre las muchas salidas a Bolsa que han tenido lugar en estos últimos años, la de Bankia, el 20 de julio de 2011, ha sido sin lugar a dudas una de las más controvertidas, tanto por las inexactitudes detectadas en los estados financieros del Banco Financiero y de Ahorro (BFA), matriz de Bankia, en el folleto de la emisión de las acciones, como por las descubiertas igualmente en los de la propia Bankia, cuyas cuentas tuvieron que ser reformuladas meses después de la Oferta Pública de Subscripción (OPS).
La controversia, que afectó a inversores minoristas e institucionales, provocó unas 76.500 reclamaciones judiciales, por importe de 870 millones de euros, un 95% de las cuales fueron falladas a favor de los reclamantes, pese a las pretensiones de Bankia de paralizarlas hasta que hubiese finalizado el procedimiento penal tramitado por la Audiencia Nacional contra los administradores de la entidad. Y así hasta que el 17 de febrero, Bankia, forzada por la Sentencia del Tribunal Supremo del 27 de enero, declarando la nulidad de la adquisición de acciones por error en el consentimiento, propuso la devolución de la inversión a los clientes minoristas, junto con un interés del 1%, siempre que éstos renuncien a acudir a la via judicial y soliciten esta devolución en tres meses.
Dicho ésto, ¿qué supone esta propuesta para Bankia, para los inversores minoristas, para los Bufetes que han asumido la defensa judicial de estos últimos y, en fin, para los Tribunales que tienen que pronunciarse sobre las demandas interpuestas ante ellos?. A mi juicio, esta propuesta llega demasiado tarde para todos, empezando por la propia Bankia, que ha visto cómo distintos Tribunales han ido fallando de forma recurrente en su contra, y terminando por los propios inversores minoristas, que ahora deben afrontar el dilema de aceptar dicha propuesta o iniciar o proseguir la vía judicial. Entre la fecha de la publicación de la propuesta y la de este artículo, unos 83.385 inversores minoristas decidieron aceptarla; y de estos 83.385, 4.500 decidieron desistir previamente de la vía judicial que ya habían iniciado, una vez resuelto, o modificado, el contrato que les ligaba a los Bufetes que hasta entonces habían defendido sus intereses en vía judicial, circunstancia ésta no siempre fácil por las especiales condiciones pactadas entre ellos y sus clientes
La propuesta de Bankia, que algunos Bufetes, al inicio, no vacilaron en calificar de engañosa, o de ambigua o incluso de insegura, ha cambiado el escenario en el que hasta ahora han venido desarrollándose las reclamaciones, un cambio de escenario que últimamente también están contribuyendo a propiciar los Tribunales, instando a los interesados y a sus abogados a desistir de la vía judicial y a aceptar la propuesta de Bankia, con la advertencia de que, en caso de no desistir, la condena a Bankia será sin intereses ni costas. Esta propuesta está trayendo consigo una redefinición de los roles que los principales actores se habían arrogado hasta el momento: Bankia, de enfrentarse a los inversores minoristas, ha pasado a ser ahora su aliado, a pesar de que el interés del 1% frente al 3,75% separe en ocasiones sus posiciones; los Bufetes, de aliarse con los inversores minoristas, han pasado ahora a enfrentarse a éstos en la disputa por unos honorarios considerados excesivos por aquéllos; y los Tribunales, por su parte, en su intento de aligerar su carga de trabajo, parecen querer llevar a los inversores minoristas hacia una solución que puede privar a éstos de la tutela judicial efectiva establecida por ley.
Antonio Viñal
Antonio Viñal & Co. Abogados
(Artículo publicado en el Suplemento Euro del Diario Atlántico, domingo 6 de marzo de 2016)